La gran mayoría de las cosas que hacemos en nuestro día a día, lo hacemos de manera automática. Por eso, hoy vamos entender como 8 actitudes comunes pueden causar impacto negativo en nuestro cerebro. Algunos de los daños pueden llegar a ser irreversibles.
Pero antes vamos a iniciar entendiendo como:
Nuestros hábitos nos modelan
Charles Duhigg es un periodista estadounidense, reportero de The New York Times y es autor de dos libros sobre hábitos y productividad, titulados El poder de los hábitos: Por qué hacemos lo que hacemos en la vida y los negocios. Abordó un estudio que indica que los hábitos que se construyen hasta los 20 años afectan por décadas la salud, productividad, seguridad financiera e inclusive la felicidad.
En ese sentido muchas personas vienen buscando hacer cambios de hábitos o actitudes, en pro del bienestar físico. Pero muchas veces debido a la intensa rutina semanal de las personas se acaban olvidando de cuidar una de las partes más esenciales del organismo: el cerebro.
Esto ocurre porque, en la mayoría de las veces no tenemos la conciencia de que las acciones que realizamos o dejamos de realizar pueden perjudicar nuestra mente y mucho menos que estos daños pueden traer perjuicios permanentes.
El cerebro es el órgano que centraliza la actividad del sistema nervioso, controla lo que piensas y sientes, cómo aprendes y recuerdas y la forma en que te mueves. A pesar de que coloquialmente se diga que el cerebro debe ser entrenado y ejercitarlo como un músculo para evitar que se atrofie, en realidad debemos tener claro que el cerebro no es un músculo. está formado por millones de neuronas que, interconectadas mediante axones y dendritas, permiten regular todas y cada una de las funciones del cerebro, cuerpo y la mente: Desde respirar, pasando por comer o dormir, hasta la capacidad para razonar, para enamorarnos o para discutir con alguien.
Entendiendo la importancia de este maravilloso órgano , necesitamos evitar los hábitos que pueden ser agresivos a su buen funcionamiento.
Estos son los 8 Hábitos que dañan nuestro cerebro:
1. No desayunar
La ausencia de esta comida, que es la más importante del día, por el impacto que tiene en el crecimiento, en el desarrollo intelectual, en el rendimiento físico, entre otros factores, puede producir falta de concentración y memoria, mal humor y bajo rendimiento físico e intelectual.
El desayuno como es el primer alimento después de un ayuno entre ocho y diez horas, el desayuno debe reponer la energía y los nutrientes utilizados durante la noche y que son esenciales para comenzar un nuevo día.
Un estudio realizado a 80 mil personas en el Japón muestra que estas personas en un periodo de 15 años no tomaban desayuno regularmente lo que aumentó el riesgo desarrollar tensión alta y derrames.
Distintas investigaciones han manifestado que los niños con hambre tienden a presentar más problemas emocionales, de comportamiento y académicos. También es posible que quienes no desayunen se sientan más cansados a lo largo del día.
Falta de tiempo, malos hábitos o poca costumbre, variadas son las excusas que dan las personas respecto a la falta de cultura del desayuno en nuestro país.
Las ventajas de desayunar son muchas, aumenta la capacidad física y el rendimiento escolar; mejora la concentración, favorece el tránsito intestinal, la productividad laboral y el aprendizaje
El no desayunar genera dolores de cabeza, falta de concentración, cansancio y fatiga, ya que se produce una hipoglicemia.
Según los nutricionistas “la glucosa es nuestro principal combustible energético, el que hace funcionar adecuadamente el cerebro. Cuando falta provoca que el cuerpo queme otras reservas energéticas, generando ciertos síntomas como bajo rendimiento intelectual y físico, falta de ánimo y disminución de la capacidad de concentración”.
Qué debe tener un desayuno
Un buen desayuno debe considerar una equilibrada combinación de lácteos bajos en grasa, cereales o pan, fruta o jugo de fruta natural, para que el aporte de calcio, carbohidratos y vitaminas sean los necesarios para iniciar una nueva jornada.
Los especialistas en nutrición realizan las siguientes recomendaciones a la hora de preparar el desayuno:
• Crear el hábito de tomar desayuno.
• Tomar desayuno en familia.
• Levantarse temprano para preparar tranquilamente el desayuno.
• Destinarle a lo menos 15 a 20 minutos.
• Recordar que la infancia es el mejor momento para instaurar hábitos alimentarios adecuados y el hogar el mejor lugar donde aprenderlos.
Entonces desde hoy… nunca más saldremos sin desayunar.. ni mucho menos dejaremos a nuestros hijos en ausencia de él.
2. Consumo elevado de azúcar
Estudios indican que niveles elevados de azúcar perjudican la producción de una importante sustancia química: o factor neurotrófico del cerebro (BDNF, en inglés), responsable por la producción de las neuronas teniendo un efecto fundamental sobre nuestra capacidad de generar nuevos recuerdos y aprender nueva información, podría asociarse al alzheimer (la comunidad médica se ha planteado clasificar esta enfermedad como diabetes tipo 3).. Otras investigaciones muestran que el consumo elevado de fructosa (tipo de azúcar encontrado en los vegetales, las frutas y la miel) afecta negativamente a la formación de sinapsis en el cerebro, es decir, la capacidad de aprender y formar nuevas conexiones se ve disminuida.
Consumir azúcar en exceso puede tener efectos negativos en el cerebro. Hasta la fecha se ha demostrado que puede ser adictivo, además de detonar inflamación o reacciones de carácter emocional.
El cerebro consume 5,6 miligramos de glucosa por cada 100 gramos de tejido cerebral por minuto. En el cerebro de un adulto, la mayor demanda de energía procede de las neuronas. Para esto, la glucosa es indispensable, a diferencia de otras células, que obtienen también energía de otras fuentes.
Por esto, aunque el cerebro representa menos del 2% del peso corporal de los humanos, gasta hasta el 20% de la energía del total de la glucosa que fabrica el organismo, es decir, el cerebro es el principal consumidor de energía.
El consumo de azúcar puede causar adicción, pues produce en el cerebro un efecto gratificante al activar las señales de recompensa a través de la dopamina. estudios nos demuestran que si comemos alimentos ricos en azúcares, la respuesta de la dopamina por parte de nuestro cerebro no se nivela, lo que nos indica que cuanta más azúcar comemos, más señales de recompensa seguirá mandando nuestro cerebro, al igual como ocurre con algunas drogas como la cocaína o la heroína.
El consumo excesivo de azúcar se asocia también con deterioro de la memoria y dificultades en el aprendizaje.
Si quieres mantener una buena salud física y mental, prueba a reducir el consumo de esta sustancia lo máximo que puedas.
3. Consumo de alcohol
El hecho de que las bebidas alcohólicas gocen de aceptación social no implica que no hagan daño. El cerebro es uno de los órganos corporales más afectados por el consumo de alcohol. Este consumo es capaz de alterar cualquier función cerebral, incluyendo el raciocinio, las emociones y el juicio.
El alcohol puede causar daños en todos los órganos principalmente en el sistema nervioso, hígado y corazón. El alcohol interfiere en las reacciones químicas que ocurren en el cerebro, causado la muerte de las neuronas y reduciendo la velocidad de la transmisión de los impulsos nerviosos. Estudios indican que el consumo de alcohol destruye las conexiones entre las células del cerebro.
Existen efectos a largo y corto plazo del alcohol sobre el cerebro.
A corto plazo :
- Cambios emocionales
- Lapsos de memória
- Pérdida de conocimiento
- Impulsividad
A largo plazo :
- Desarrollo de trastornos emocionales
- Limita el desarrollo cerebral en adolescentes
- Destrucción de neuronas
- Daños en el hipocampo
- Psicosis
- Síndrome de Wernike-Korsakoff
Cuando se ingiere, el alcohol pasa a través del estómago, los intestinos y entra en el torrente sanguíneo. En el hígado, una enzima llamada ADH medirá la conversión del alcohol en acetaldehído (más tóxico que el alcohol mismo). La mayor parte del alcohol consumido es metabolizado por el hígado, pero una pequeña parte se concentra en la respiración y la orina.⠀
Independientemente de la cantidad que se ingiera, el hígado metaboliza una cantidad limitada de alcohol por día, y la velocidad a la que metaboliza depende en parte de la cantidad de enzimas en el hígado, que varía para cada persona.⠀
El alcohol es hiperestrogénico, es decir, en las mujeres aumenta la producción de estradiol (hormona femenina) y en los hombres se refleja en la inhibición de los receptores de testosterona, disminuyendo el aumento de masa muscular, favoreciendo el aumento de grasa y aumentando la fatiga y la agresividad, mientras disminuye el libido y la erección.⠀
Ahora decide! ¿Vale la pena consumir este veneno que trae “alegría” durante unas horas, pero tanto daño para toda la vida?
4. La falta de sueño
Dormir una cantidad adecuada de horas y lograr sueño de calidad es esencial para mantener al cerebro sano.
La privación de sueño, ya sea por no destinar suficientes horas para dormir de forma regular o debido a problemas físicos o mentales que impiden un sueño reparador, provoca síntomas evidentes, como por ejemplo, sensación de somnolencia durante el día. Sin embargo, cuando esa privación es continua, perjudica la memoria y tiene efectos a largo plazo en el cerebro. Investigaciones muestran que las noches mal dormidas promueven un aumento en el funcionamiento de las microglias, las células menores inmunológicas del sistema nervioso.
El problema radica en que la activación de las microglias está relacionado al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, entre las que están el Alzheimer y la demencia.
Otra zona del cerebro que sufre de forma dramática los efectos de la falta de sueño es el hipocampo: una región crítica para almacenar los nuevos recuerdos. reduciendo también su capacidad de almacenar nueva información.
Son muchas las personas que no descansan lo suficiente, sacrificando el tiempo de descanso para trabajar, sobre todo con dispositivos que emiten luz azul: una luz que hace que dormirse resulte más difícil y que afecta a la cantidad y calidad del sueño.
Necesitamos redescubrir el valor del sueño y apreciar los beneficios que tiene para nuestro cerebro. El tiempo que pasamos durmiendo es esencial para ser más inteligentes, tomar mejores decisiones y llevar una vida feliz. A dormir y descansar se ha dicho.
5. El sobrepeso y la pésima alimentación
A estas alturas todo el mundo es más o menos consciente de los daños que la comida basura puede hacer a tu cuerpo, pero más allá de los efectos del azúcar, las personas no son conscientes de la falta de nutrientes que están acabando con el buen funcionamiento del cerebro.
Los últimos descubrimientos indican que deberíamos prestar más atención: la comida que ingieres influye en tu estado de ánimo y tus capacidades cognitivas.
La revista Neurology en 2012 publicó los resultados de una investigación donde analizaron a más de seis mil personas que tenían en promedio una edad de 50 años. y diez años más tarde, los resultados mostraron que los que estaban con exceso de peso tuvieron un deterioro del 22% mayor en sus funciones cognitivas a los del otro grupo. Se verificó que el más grande perjuicio estaba en las partes del cerebro ligadas a el aprendizaje, la memoria y la salud mental
Aún se está lejos de conocer todos los mecanismos que pueden estar perjudicando el cerebro, pero aquí están algunas de la ligaciones encontradas:
- Inflamación: la inflamación es uno de los factores que desencadena la depresión, esquizofrenia y trastorno bipolar. En términos de alimentos hay una fuerte asociación de la comida procesada, rica en grasas y azúcar,
y los marcadores inflamatorios, y al mismo tiempo una fuerte asociación entre la dieta mediterránea, alta en grasas saludables, verduras y pescado, y un descenso de la inflamación. He aquí algunos ingredientes que podrían desencadenar más inflamación en el cuerpo: azúcar, alcohol, gluten
Por lo tanto, queridos, el tratamiento de la inflamación es un deber del médico y del paciente que desea librarse de una vida esclava de medicamentos. La buena noticia es que si sabemos que los procesos inflamatorios desencadenan patologías, revertirlas también puede ser la forma de erradicar enfermedades que se proliferan en nuestra sociedad (enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad, entre otras).
- Estrés oxidativo: la depresión está asociada a una falta de antioxidantes, algo a tener en cuenta si faltan frutas, verduras, grasas saludables, pescado y otras fuentes de antioxidantes en la dieta.
- Alteración de la flora intestinal: cada vez hay más indicios de que la microbiota afecta al cerebro. De momento, en animales de laboratorio se ha conseguido inducir depresión al traspasarles las bacterias intestinales de animales deprimidos. También se han mejorado los síntomas de depresión suplementado con probióticos.
6. Sedentarismo
La falta de actividades físicas puede alterar la estructura y el buen funcionamiento del cerebro. También aumenta las chances de desenvolver demencia y alzheimer. Las personas sedentarias en edad media puede presentarse reducción del volumen cerebral y envejecimiento prematuro y acelerado según afirma la Doctora Nicole Spartano de la Universidad de Boston.
7. Fumar
Todos sabemos que el tabaco es dañino para los pulmones y el corazón, pero es importante que entendamos que también daña al cerebro.
El cerebro está ligado a los pulmones a través de las arterias que le proveen el oxígeno. La nicotina también estimula la producción de grandes cantidades de dopamina. Todo esto causa la adicción al tabaco. Por ello, fumar tendría un efecto acumulativo sobre el cerebro que hace que para los fumadores crónicos resulte cada vez más difícil abandonar el hábito.
Los productos nocivos como el cigarrillo son enviados para el cerebro diez segundo después de inhalarlo, causando daños en las zonas asociadas a la memoria, la atención, el lenguaje y la conciencia.
8. No beber agua
No beber agua lo suficiente también afecta el buen funcionamiento de nuestro cerebro. Empezando porque nuestro cerebro está compuesto el 70% de agua y esta cumple un papel muy importante y es el de vehículo de las transmisiones electroquímicas.
Los expertos recomiendan ingerir al menos dos litros de agua de manera obligatoria si queremos que nuestro cerebro funcione de una manera óptima.
Para quien no disfruta o se olvide de beber agua, recomendamos tener siempre cerca una botella con agua, y/o programar algunas alarmas en el celular. Hoy en día existen hasta aplicativos que te avisan y te miden la cantidad de agua ingerida durante el dia.
Si tiene hijos es recomendado enviar siempre una botella o un botilito con agua al colegio, para ellos hidratarse, Esto le mejora la atencion y concentracion. Prefiera en vez de bebidas refrigerantes o jugos artificiales , AGUA.
Otro factor a tener en cuenta es la sudoración, por efecto del calor o verano o en el caso de hacer actividad física. Es necesario reponer una mayor cantidad de agua a tu cuerpo. Lo mismo que al despertar en la mañana, nada mejor que hidratar su cuerpo.
Así que no hay disculpa para no cuidar de tu cerebro. Agua es vida! Cuida de ti y cuida de tu cerebro uno de los órganos y si no el más vital en tu cuerpo.